¿Por qué hablamos de gestión menstrual (y no de higiene menstrual)?

En Luna Roja creemos que las palabras importan. Moldean la forma en que entendemos nuestro cuerpo, nuestras experiencias y, en este caso, nuestra menstruación. Por eso, proponemos dejar de hablar de “higiene menstrual” para empezar a usar un término más justo, inclusivo y respetuoso: gestión menstrual.

¿Qué implica decir "higiene menstrual"?

Durante muchos años, el tema de la menstruación se abordó desde un lugar higienista: se consideraba algo sucio, incómodo y que debía ser ocultado o eliminado lo más rápido posible. De ahí surgió el término “higiene menstrual”, que pone el foco en “limpiar”, “ocultar” o “controlar” algo que, en realidad, es natural y saludable.

Usar la palabra higiene refuerza la idea de que menstruar es algo “sucio”, cuando en realidad es un proceso fisiológico normal que no necesita ser higienizado, sino acompañado.

¿Qué significa hablar de "gestión menstrual"?

Hablar de gestión menstrual implica un cambio de paradigma. Significa entender que menstruar no es un problema de limpieza, sino una experiencia corporal que requiere recursos, información, acceso y derechos.

La gestión menstrual abarca mucho más que el uso de productos: habla de elegir con libertad lo que mejor se adapta a nuestras necesidades (bombachas absorbentes, copas, toallitas, entre otros), de tener acceso a baños dignos, de que haya educación menstrual en escuelas, de eliminar el tabú y la vergüenza, y de garantizar el acceso a productos menstruales para todas las personas que menstrúan.

¿Por qué es importante este cambio?

Porque las palabras construyen realidades. Si seguimos hablando de higiene, seguimos perpetuando el estigma. Si empezamos a hablar de gestión, abrimos la puerta a conversaciones más amplias sobre salud, derechos, equidad y bienestar.

Desde Luna Roja, queremos que menstruar sea una experiencia vivida con comodidad, autonomía y orgullo. Por eso proponemos productos reutilizables, sostenibles y respetuosos del cuerpo. Y por eso también, elegimos nombrar las cosas de otra manera.

Nombrar es también resistir

Decir “gestión menstrual” es una forma de resistir a los discursos que nos enseñaron a tener vergüenza de nuestro cuerpo. Es una forma de visibilizar que menstruar implica una logística, una economía, una vivencia personal, y que hablar de ello abiertamente es parte del camino hacia una sociedad más justa e igualitaria.

 

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